sábado, 2 de agosto de 2008

Años de mala suerte


Si por romper un espejo, dice la tradición, que corresponden siete años de mala suerte... ¿Cuál es la condena por perder un libro?

Porque yo he extraviado dos. Sigo abriendo cajas y más cajas después de la mudanza, pero no aparecen.

¿Me estaré condenando a las profundidades del infierno con este hecho? ¿Quedará suspendida en el aire, hasta el final de los tiempos, mi intriga por leer el final de Fahrenheit 451? ¿Dependerá el resultado de mi examen de Septiembre del libro que contiene la mitad del temario de la asignatura y que no aparece por ningún sitio? ¿Existen los duendecilloscabronesrobalibros? ¿Tienen solución los Sudokus del ABC?

Todas estas dudas existenciales me asaltan en la calurosa tarde de hoy. Voy a seguir abriendo cajas, antes de que la jefa se despierte de su siesta y brame al cielo pidiendo mi cadáver.

Un hogar pequeño y ordenado, siempre es un hogar. Una casa nueva llena de cajas es la reencarnación del mal.

No hay comentarios: