miércoles, 23 de octubre de 2013

Herencias


Se sienta en la fría mesa de piedra que hay junto al naranjo, con su taza de café recién hecho y una carpetilla llena de papeles. El día comienza a desperezarse sobre el pequeño pueblo de casitas encaladas. La humedad deja pequeñas gotas de rocío en las hojas de los árboles, y un frescor que poco a poco cala hasta los huesos.

Se arrebuja en el jersey de lana, da un sorbo a su café amargo y comienza a leer los documentos.

…instituye por sus únicos universales herederos por partes iguales a sus antes mencionados hijas/os, y a los demás hijos que puedan tener en el futuro, con sustitución vulgar, en caso de premoriencia o incapacidad de los mismos, en favor de sus respectivos descendientes…

Levanta la vista y suspira. Se pregunta quién puede tasar los recuerdos; en qué epígrafe se recoge el valor de todo lo vivido. Y como le parece algo importante, saca un bolígrafo y comienza a hacer anotaciones en los márgenes. Estima el precio de los días que pasaba despreocupada y feliz, corriendo entre los naranjos. El gusto del agua helada recién sacada del pozo. Las sábanas blancas tendidas al sol. La vieja moto de papá aparcada al borde del camino. El olor de la chimenea en invierno, el pan demasiado tostado en la candela, la leche caliente con clavo y canela. Los cuchicheos de madrugada al calor de la lumbre.

Escribe y escribe. Y rememora aquellos días en que salían a coger moras, (las mejores moras del mundo) y acababan con dolor de tripa. El canto de los gallos cuando despuntaba el alba, las zapatillas siempre manchadas de tierra, la mercromina en las rodillas. Y las manos de mamá, que luego fueron las manos de la abuela, tan dispuestas siempre al trabajo bien hecho. Los momentos difíciles, el esfuerzo continuo para prosperar en la vida. Los niños que nacieron y siguieron sus pasos. Los seres queridos que se marcharon. La vida que compartieron.

Toma nota de todo, con pulso decidido, porque sabe que esa es su verdadera herencia. Una herencia de valor incalculable, que nada tiene que ver con el dinero.

sábado, 19 de octubre de 2013

La felicidad



Os creéis que la felicidad es un pequeño milagro que a algunos les toca en una bolsa de pipas o en el cupón de los viernes, pero no. Os equivocáis.

La felicidad no se encuentra al azar, no llega de manera casual a nuestras vidas. La felicidad hay que buscarla, desearla, ELEGIRLA. La felicidad se pelea, se sufre y se gana. La felicidad hay que defenderla a diario, hay que protegerla y compartirla. Porque la felicidad, no es el destino. La felicidad es el camino.

*/ La felicidad es para los valientes.


miércoles, 16 de octubre de 2013

sábado, 12 de octubre de 2013

¿Cómo te llamas?

Todo está oscuro y todo duele. No conozco este sitio, pero no me gusta.

...duele, duele, duele, duele, duele, duele...

Debo estar tumbada, pero no sé dónde está mi cuerpo.

Nadie debería despertarse en mitad de la noche sin saber qué hacer con tanto dolor. Han plantado mi cabeza sobre una almohada, pero no veo ni rastro del resto de mi cuerpo; así que intento girar la cabeza y buscarlo, porque mi cuerpo debe estar en alguna parte, debe estar acurrucado entre esa nube de dolor que flota sobre la cama. Mi cabeza no se mueve, pero hay más dolor. Un dolor agudo y aterrador.

A los pies de mi cama, una silueta se recorta sobre una luz blanca. Y recuerdo. Recuerdo que ya ha ocurrido todo y ésta debe ser la hora de la verdad. La hora de los valientes...y los valientes están solos.

Pienso en mis manos. Las manos son lo primero. Había que salvar las manos. Las manos son mis imprescindibles. Intento levantarlas y algo se agita bajo la sábana. Pero no hay nada. No siento nada. Mis brazos, son brazos fantasma que se mueven en algún sitio y ya no me pertenecen.

Intento mover las piernas y dos bultos torpes y pesados revuelven la tela blanca. Mis piernas se mueven. Lo sé, porque las estoy viendo, pero no las siento. Mi cabeza da vueltas a mil por hora pero mi cuerpo sigue dormido en no sé qué extraño y doliente limbo.

Y lloro. Lloro porque estoy asustada y triste y dolorida y sola. Lloro porque no puedo hacer ninguna otra cosa por mi misma.

Digo "¿hola?" a la silueta que está frente al monitor. Digo "¿hola?", porque no sé qué más se puede decir en esta situación. La silueta del monitor no responde. Así que mi llanto se hace más fuerte. De repente encuentro tantos motivos para llorar, que ya no puedo parar, aunque llorar también sea doloroso y agotador.

La figura del monitor se acerca. Vuelvo a decir "hola" entre sollozos.

- A ver, ¿qué te pasa?

Mi lista de motivos para llorar se ha hecho tan grande que no sé ni qué responder. Pero duele. DUELE. Así que eso es lo que digo:

- Me duele.

La figura rodea mi cama y se coloca al otro lado. Hay un gotero, hay maquinas, hay tubos que entran y salen de mi cuerpo y ni siquiera había reparado en ellos.

- Pues ya te hemos puesto toda la morfina que te podíamos poner...

- Pero me duele...

Y todo se empaña más y más. Sé que continuo llorando y que el dolor no cesa y que la silueta me habla con su tono severo y distante o me desprecia o me ignora indistintamente....

- Ya eres mayorcita para andar llorando tanto -me dice-. Para ponerte algo más tendríamos que entubarte de nuevo, ¿eso quieres? ¿quieres que llame a los médicos y que te vuelvan a sedar? No paras de molestar a tus compañeros. En esta habitación hay otras personas y tú no las dejas descansar. Igual si te calmaras dejaría de dolerte...

Entre las sombras intento clavar mi mirada en lo que debe ser su cara:

- ¿Cómo te llamas? -pregunto ahogando los sollozos-.

A pesar de la oscuridad, percibo cómo se relaja inmediatamente. El tono de su voz cambia:

- Me llamo N. -me dice alegre, como si de repente fuésemos amigas.

Pero yo soy un animal herido, así que la miro directamente desde el fondo del dolor y el miedo; y ya no sé si es rabia, tristeza o asco lo que tiembla en mi voz cuando le escupo:

- Ojalá nunca te sientas como yo ahora mismo.

El gesto de N. se vuelve rígido, me da la espalda y se aleja de la cama y sé que ha entendido el verdadero mensaje:

Ojalá algún día te caiga todo el dolor del mundo sobre tu vida ajena y despreocupada. Ojalá en mitad de la noche, cuando estés sola y asustada, te nieguen el consuelo y la palabra amable. Ojalá, grandísima zorra, ese día te acuerdes bien de mi y te arrepientas. 

viernes, 11 de octubre de 2013

Wake me up


Feeling my way through the darkness
Guided by a beating heart
I don't know where the journey will end
But I know where to start

Hey tell me I'm too young to understand
They say I'm caught up in a dream
My life will pass me by if I don't open up my eyes
Well it's fine by me

So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older
All this time I was finding myself
And I didn't know I was lost

I tried carrying the weight of the world
But I only have two hands
I hope I get the chance to travel the world
I don't have any plans

Wish that I could stay forever this young
Not afraid to close my eyes
Life's a game made for everyone
And love is the prize

So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older
All this time I was finding myself
And I didn't know I was lost


*/ No sé cómo quitarme esta canción de la cabeza...

miércoles, 9 de octubre de 2013

Confesión #80

Me ponéis bastante nerviosa cuando empezáis a lloriquear por vuestras vidas perfectamente sanas y normales.




#YoYmisMotivosParaNoVolverAveros