Me encanta

Siguiendo los consejos del siempre sabio Guarismo, es justo que tras tanto "odio", equilibre un poco la balanza:

Me encanta el invierno, la lluvia, el frío y la nieve, pero también el sol y la playa.

Me encanta la gente que me deja sin argumentos y que me hace sentir un poco tonta y pequeña cuando hablo con ella (esa gente de la que uno siente que puede aprender mil cosas cada día).

Me encanta leer en cualquier parte, que las personas que me conocen me recomienden libros que les han gustado y prestar y que me presten libros.

Me encantan los donuts del Dunkin, las lentejas (sí, las lentejas me flipan), la tortilla de patatas de mi padre y comer patatas fritas con las manos.

Me encanta que mi perro entre en el cuarto todas las noches para comprobar que aún respiro y que todas las mañanas me salude como si hiciera mil años que no nos vemos.

Me encanta la gente amable, los desconocidos que me sonríen y las personas que hablan solas.

Me encanta apalizar y humillar a todos los que juegan conmigo al Tekken.

Me encanta que me saluden con un abrazo.

Me encanta el tío que invento el desenredante (que no sé quien es). Al tío que invente un peine que me desenrede el pelo sólo y sin tirones también le amaré profundamente.

Me encanta llevar la música superhipermega fuerte en el mp3 cuando voy a cualquier parte y no darme cuenta de que me he flipado y voy canturreando como una loca.

Me encanta que gente con la que he perdido el contacto aparezca después de años como si nada.

Me encanta recibir sms a horas intempestivas ^^ y me encanta ver que un valiente me ha escrito.

Me encanta el chocolate negro con especias, el chocolate con leche y almendras y el chocolate blanco con coco. También me encantan los pistachos con chocolate. Vale, me encanta el chocolate en general.

Me encanta salir a cualquier parte. De viaje, al cine, a un concierto, a tomar cañas, de compras, a comer pipas al parque, a hacer el idiota, a ver como los demás hacen cosas que yo no sé hacer.

Me encanta mangar carteles en la calle (aunque las marujas me miren como si fuese una delincuente peligrosa).

Me encanta poner el despertador cinco minutos más y otros cinco y otros cinco, hasta que llego tarde a todas partes.

Me encanta que el café haga espumita con la leche.

Me encanta cuando la gente me dice "dios mío, ¿de dónde has sacado eso?" (con cara de asco) y yo respondo "lo he hecho yo, yoooo sooolita". Su cara de bochorno no tiene precio, aunque tiren por tierra mis aspiraciones pseudoartísticas.

Me encanta reírme hasta que me duele la panza y tengo las lágrimas saltadas.

Me encanta cuando empiezo a ver una serie nueva y digo "Oooh no, no, no, no me voy a enganchar a esta serie" y una semana más tarde me he tragado ya toda la temporada (esto ocurre con demasiada frecuencia).

Me encanta salir a correr y que todos los tíos se piquen cuando les adelanto (aunque yo me caiga al suelo de un ataque de asma dos minutos después).

Me encanta observar como la gente mira a otras personas.

Me encantan las gamas cromáticas. Tienen efectos hipnóticos para mi.

Me encanta encontrarme con personas que me encantan. Me encantan todas esas cosas que nadie se atreve a confesar.