Me estoy entregando a ti. Me expongo a cara descubierta. He leído entre líneas y ahora no sé si mis interpretaciones se basan en insinuaciones reales o es sólo mi deseo.
Mis ganas de ti me están venciendo.
Y no lo soporto más. La incertidumbre, las plegarias, tus escalofríos y mi saliva siempre dispuesta a conseguir lo que no se le da.
Estoy pidiendo a gritos que me destroces. Deshecho ya de toda armadura, perdida la razón, el miedo y la esperanza. Quiero que lo aceptes todo de mi y me hagas temblar cada día un poco.
Quiero que te acerques a romperme la vida, que me hagas daño sin escrúpulos, que derrames en mi toda esta espera; con la violencia de aquellos que ya lo han perdido todo. Aquellos que saben que la entrega lo consume todo en un minuto.
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