Le empezó a decir un montón de absurdos incomprensibles y peligrosos. Lenina hizo cuanto pudo por taparse los oídos de su alma; pero no podía remediar que de cuando en cuando una frase se obstinara en ser oida:
-... para probar el efecto producido al reprimir mis impulsos -le oyó decir.
Esas palabras parecieron apretar un resorte de su mente.
- "Nunca dejéis para mañana el placer que podáis gozar hoy" - dijo con gravedad.
- Doscientas repeticiones, dos veces por semana, de los catorce a los dieciséis años y medio -fue todo el comentario de Bernard.
Y seguía divagando.
- Querría saber lo que es la pasión -le oyó decir-. Quiero sentir algo intensamente.
- "Cuando el individuo siente, comunidad en peligro" -dijo Lenina.(Un mundo feliz, Aldous Huxley)
Es mejor así, para todos. Vivir sordos y anestesiados. Y no sentir nada, por si al final se vuelve en nuestra contra. Y todo se jode definitivamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario