lunes, 15 de marzo de 2010

Un mundo feliz


Le empezó a decir un montón de absurdos incomprensibles y peligrosos. Lenina hizo cuanto pudo por taparse los oídos de su alma; pero no podía remediar que de cuando en cuando una frase se obstinara en ser oida:

-... para probar el efecto producido al reprimir mis impulsos -le oyó decir.

Esas palabras parecieron apretar un resorte de su mente.

- "Nunca dejéis para mañana el placer que podáis gozar hoy" - dijo con gravedad.

- Doscientas repeticiones, dos veces por semana, de los catorce a los dieciséis años y medio -fue todo el comentario de Bernard.

Y seguía divagando.

- Querría saber lo que es la pasión -le oyó decir-. Quiero sentir algo intensamente.

- "Cuando el individuo siente, comunidad en peligro" -dijo Lenina.

(Un mundo feliz, Aldous Huxley)



Es mejor así, para todos. Vivir sordos y anestesiados. Y no sentir nada, por si al final se vuelve en nuestra contra. Y todo se jode definitivamente.

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