martes, 23 de marzo de 2010

El dios de las pequeñas cosas


La señorita Mitten se quejó a Bebé Kochamma de la mala educación de Estha y de que los dos niños leyesen al revés. Le dijo a Bebé Kochamma que había visto a Satanás en sus ojos. sátanaS ne sus sojo.

Les hicieron escribir No volveremos a leer al revés. No volveremos a leer al revés. Cien veces. Al derecho.

Unos meses más tarde la señorita Mitten murió atropellada por un camión de reparto de leche en Hobart, frente a un campo de críquet. A los gemelos les pareció que había un justo castigo en el hecho de que el camión que la atropelló fuera marcha atrás

(Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas)


Tengo una decena de páginas marcadas en este libro. De vez en cuando lo hojeo y entonces vuelvo a marcar páginas nuevas, o encuentro algo distinto en mitad de las líneas que ya estaban marcadas. No es la historia en sí, es la magia que desprende. Como si estuviera bañada en retazos de fábulas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi profesora de los primeros años de cole, cuya frase favorita era "tengo poca y mala paciencia", murió arrollada por un tren, porque se saltó la barrera del paso a nivel con el coche. Por tener poca y mala paciencia.

Si se la deja, la vida hace justicia. Aunque sea un poco bestia a veces.

Un beso, Bicho guapa

Bicho dijo...

Dios mío Bel, me estás dando miedo... Jajajaja! Yo tampoco tengo mucha paciencia, pero a partir de ahora miraré dos veces antes de cruzar, por si las moscas^

Un besoOooOoOte!