Incluso los días felices pueden tener a veces, un nubarrón atravesado en el horizonte. Un ocaso detenido allí al final de lo que alcanzamos a ver; en un paisaje que puede demorarse una eternidad.
Por eso, a pesar de las nubes y las dudas, a pesar de cierto regusto amargo, merecen la pena los días como hoy. Cuando todo el mundo te piensa y se alegra de poder compartir, un día más, tu sonrisa.
*/ Déjate querer y disfruta de todas las sorpresas que pueden acompañarte hoy.
Por eso, a pesar de las nubes y las dudas, a pesar de cierto regusto amargo, merecen la pena los días como hoy. Cuando todo el mundo te piensa y se alegra de poder compartir, un día más, tu sonrisa.
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