domingo, 1 de mayo de 2011

Remiendos


(O "Crónica de una cibermuerte anunciada")

El ratón inalámbrico dejó de funcionar a las dos semanas. Pensé que era cosa de las pilas, así que cargué y recargué mis pilas recargables y nada. Cabía la posibilidad de que no tuvieran (a pesar de estar super cargadas) suficiente potencia, así que compré unas megapilas alcalinas salinas y nosequemás que tampoco sirvieron de nada.

Desmonté el ratón, lo remonté y siguió sin funcionar.

Compré un ratón usb.

Poco después petó el disco duro y con él se largaron al limbo todos los apuntes, prácticas y ensayos de mi carrera y fotos y diseños y música, vídeos y demás delitos perseguidos por laesgae.

Se ofrecieron a recuperar todos los archivos por la módica cantidad de 1.200€ y yo pensé que por ese precio bien podía crearme toda una vida nueva de recuerdos cibernéticos y comprarme otro ordenador (también nuevo).

Me desesperé un par de días y finalmente el disco duro volvió a la vida súbitamente y sin previo aviso. Milagro.

Meses después murió mi pantalla y con ella los altavoces. (Nunca compréis pantallas con altavoces incorporados)

Contra esto no podía hacer nada, excepto cacharrear un poco en vano y adquirir un monitor nuevo (con sus correspondientes altavoces).

Hace un par de meses murió mi teclado (compañero del ratón inalámbrico que murió al principio). Probé con un nuevo cambio de pilas y nada. Probé también con el método antiguo (es decir, golpear con furia el aparato estropeado en cuestión y blasfemar en arameo), pero tampoco sirvió de nada. Compré un teclado.

El jueves mi ordenador entró en bucle y sólo se enciende para quedarse con la pantalla iluminada por un azul altamente dañino para el ojo humano o bien autoreiniciarse sin parar.

Creo que este ordenador está tratando de decirme algo... ¿¿qué será?? ¬¬

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