Sé exactamente lo que me atrae de ti. Es ese truco que empleas para entrar y salir con intermitencia de mi vida, sin herirme. Te esfumas sin hacer ruído y reapareces. Da igual el tiempo que pase, tu huída siempre parece un relámpago.
Yo te miro divertido, con el asombro de alguien que ha descubierto un conejo en su chistera, preguntándome dónde demonios estará la trampa.
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