domingo, 10 de enero de 2010

Confesión (III)

Hasta hace poco me asombraba la volubilidad de los sentimientos humanos. Me desconcertaba esa manera de comportarse. Ahora empieza a resultarme bastante divertido, que los hombres actúen exactamente igual que la excitabilidad de sus neuronas, bajo la ley del todo o nada.

Hoy te adoro, mañana te odio. Hoy te hablo, mañana no existes.

1 comentario:

Luo dijo...

no se puede generalizar, cada uno tiene su propio ecce homo. No todos utilizan las neuronas, algunos les dieron vacaciones indefinidas... y ya sabes...

abrazos fuertes!!!