miércoles, 16 de junio de 2010

Trífidos


Cuando un día que usted sabe que es miércoles comienza como si fuese domingo, algo anda muy mal en alguna parte.

Lo sentí tan pronto como desperté. Y sin embargo, cuando se me aclaró un poco la mente, comencé a dudar. A l fin y al cabo, era muy posible que fuese yo el que estaba equivocado, y no algún otro... Seguí esperando, acicateado por la duda. Pero pronto tuve mi primera prueba objetiva: me pareció oír que un reloj distante daba las ocho. Escuché con atención y desconfianza. Pronto el reloj comenzó a emitir unas notas altas y perentorias. Con gran tranquilidad dio ocho indiscutibles campanadas. Entonces supe que pasaba algo raro.

(El día de los trífidos, John Wyndham)


*/ Lo mejor de que a tu alrededor haya gente regalándose libros es que tarde o temprano se despistan y puedes hacerte con ellos.

No hay comentarios: