miércoles, 2 de junio de 2010

Llamar tu atención

Me subí a una farola y bauticé todas las aceras con tu nombre. Te dejé utilizar mis versos malos y mis mejores canciones para conquistar a otros. Me indigesté con mis propias palabras, inventé un puñado de fábulas para que tus silencios nunca se marcharan con las manos vacías. En horas bajas me convertí en payaso, perfilé tu sonrisa y señalé un camino que podría llenarte de insomnio y espantar el tedio.

Fui un genial mentecato.

Te dejé ganar todas las apuestas sin que el lodo me tuviera lástima.

Por llamar tu atención, recogería el mundo en una bola de nieve y le prendería fuego.

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