sábado, 1 de agosto de 2009

Siendo sincero

Para serte sincero, hay días en los que no puedo. Son momentos de debilidad, en los que me apetece salir huyendo. Rendirme.

No es justo. Vivir luchando contra todo (y contra todos), oír siempre los mismos murmullos, poner cara de tonto y aceptar las mentiras, sentirse juzgado y condenado sin motivos. Ver como se empeñan en destruirte, tu manera de no querer/no saber defenderte, la indignación de costumbre y mis ganas de arreglarlo todo a golpes. No es justo, pienso; y normalmente aprieto los puños y me muerdo el labio y sigo peleando. Pero hay días, en los que mi furia se transforma en desidia. Días en lo que quiero huir de todo, también de ti. Por ti, por nosotros.

Afortunadamente esos días, son siempre pocos.

No hay comentarios: