lunes, 17 de agosto de 2009

Usar y tirar

No puedo evitarlo, pero creo que finalmente, es un error conceptual. No es solo y simplemente, que yo sea temperamental, atolondrado y difícil de aguantar. Es que además, mi definición está equivocada, o al menos no coincide con la del resto del mundo.

Y después de meditar, ésta es la única conclusión clara y definitiva que he sido capaz de hallar. Estoy equivocado. Desde siempre. He pasado toda mi vida, culpándome y cuestionándome. Pero sólo es eso. El dogma central en el que baso mi fe en la amistad, es erróneo. Porque yo incluyo conceptos como lealtad, sinceridad y reciprocidad; y los demás no. O al menos no los practican con la misma consistencia con la que los predican. Y todos somos amigos mientras yo tenga algo que ofrecerles. Y luego se acabó.

Así que tendré que empezar a comportarme como el resto del rebaño; estableciendo jerarquías según lo que puedo obtener de cada uno. Medir el cariño o el respeto, en torno a los beneficios que reportan.

Se acabó el consejero fiel, vamos a vender confidencias a precio de saldo, lealtad en rebajas. Amigos de usar y tirar.

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