Hay días en que me asaltan dudas. Hoy, por ejemplo, me pregunto quién se creyó grande sin reconocer nunca un error. Cuántas veces más vendrán a juzgarme todos tus fantasmas. O cuántos siguen convencidos de que el orgullo conduce a algún sitio.
Pero sobre todo, pienso: ¿ningún imbécil se mordió la lengua a tiempo? y ¿por qué siempre hablan de menos los que más tienen que decir?
Pero sobre todo, pienso: ¿ningún imbécil se mordió la lengua a tiempo? y ¿por qué siempre hablan de menos los que más tienen que decir?
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