viernes, 24 de julio de 2009

Primera derrota


(o Si el corazón pensara dejaría de latir)

Finalmente, viéndoles guerrerar como quien ayuda al vecino a cuidar a un familiar enfermo, la idea de que eran hombres nacidos para la derrota conviritió a aquellos milicianos en un inventario de cadáveres. Siempre lleva las de perder el que más muertos sepulta.

La primera vez que el capitán Alegría estuvo cerca del riesgo fue, precisamente, el día que comienza esta historia. Su decisión no fue la de unirse al enemigo sino rendirse, entregarse prisionero. Un desertor es un enemigo que ha dejado de serlo; un rendido es un enemigo derrotado, pero sigue siendo un enemigo. Alegría inisistió varias veces sobre ello cuando fue acusado de traición. Pero eso ocurrió más tarde.

En una confidencia inoportuna que días más tarde utilizaría el fiscal militar para pedir su muerte con ignominia, Alegría confesó a un suboficial intachable que los defensores de la República hubieran humillado más al ejército de Franco rindiéndose el primer día de la guerra que resistiendo tenazmente, porque cada muerto de esa guerra, fuera del bando que fuera, había servido sólo para glorificar al que mataba. Sin muertos, dijo, no habría gloria, y sin gloria, sólo habría derrotados.

(Los girasoles ciegos, Alberto Méndez)


No sé exactamente cuando empecé a dejarme vencer. Pero esta es mi derrota, sin dudas. Me he rendido. Por una vez, una única vez, no seré yo la que ande de un sitio a otro tratando de arreglarlo todo. No voy a ser, de nuevo, la que salga a la calle ondeando la bandera blanca.

Por una vez, una única vez, me gustaría saber cuántos están dispuestos a hacer mi camino a la inversa. Cuántos vendrán a buscarme. Cuántos se arriesgarán para seguirme. Cuántos me tenderán una mano. Cuántos pondrán claveles en las trincheras.

Apuesto a que serán pocos. Esta es mi derrota.


®Bicho

Imagen: Audrey Kawasaki

8 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Primera derrota? ¿Hasta ahora no habías sido derrotada? O eres muy joven o la vida te ha tratado con extremada benevolencia.

Las derrotas suelen ser mucho más frecuentes que las victorias. En las primeras se templa nuestro carácter, aprendemos (o no) dónde herramos, a reconstruirnos, a sanarnos, aunque siempre nos quedarán las cicatrices que van conformando nuestro yo porque las victorias, curiosamente, apenas dejan huella.

Por último, las derrotas sirven para hacer más dulce la victoria, por mínima que sea.

Así que ¡ea!, levántate, derrotada pero todavía entera; con una cicatriz pero más tú misma que nunca. Una derrota no es el fin, sino el comienzo, otro comienzo. Y, sobre todo, despójate del rencor que sólo sirve para hacer la derrota más severa y la cicariz más profunda.

Guarismo dijo...

Rupinaya Murtiklaü Poponskinivi: yo de ti no me rendiría. Aunque esa derrota que pareces aceptar puede que te haga saber cuántos irán a buscarte y, a lo mejor, te sorprendes...

Yo, al menos, iría...

Un abrazo y feliz verano, Bicho,

Miguel

Índigo dijo...

Gracias por tus visitas silenciosas y por tu felicitación. Te debe una lectura sosegada, ya te escribiré.
Saludos

Viernes dijo...

Estoy sin internet ni televisión... Y lo que más echo de menos es Perdidos y tu blog.

Espero que vaya bien el verano, Bicho. En Septiembre nos vemos! Un beso!

pequeños sentidos dijo...

Rendirse, abandonar una supuesta lucha, suele ser la salida más sabia, más sana... y más valiente.No muchos se animan.

pequeños sentidos dijo...

tenés un premio en mi casa. beso virtual.

ravel dijo...

Es un RENDIDO, por más que amigos y enemigos lo insulten y llamen traidor o desertor, el capitán Alegría nos quiere enseñar que está abandonando una guerra, no un bando, un ideal. Una derrota significa dejar un campo de batalla, pero no seguir luchando.
Disfruta de tu derrota y no tengas piedad con el remordimiento.

Bicho dijo...

Gracias Guarismo, siempre sabio. Es cierto, hay sorpresas; aunque también decepciones.

Índigo, es un lujo que pases por aquí.

ViernessSssSS, ¿he empatado con Perdidos? Jejeje, vamos, reconócelo, Perdidos engancha un poquito más que esto ^^

Pequeños sentidos, gracias por el regalo y el beso virtual. Te debo más de una lectura y un millón de comentarios.

Eres grande Ravel. Sabes encontrar las palabras exactas.

Besotes para todos! Y gracias por seguir pasando por aquí de vez en cuando...