domingo, 5 de abril de 2009

Y yo debo ser el infierno


Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.

Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.

Soy el poeta.


(Jorge Luis Borges)



A veces es posible ponerle palabras a las cosas que nos suceden. Aunque las tomemos prestadas de otros.

Y ya no importa. Es una pérdida de tiempo. Porque existe una diferencia abismal entre nosotros. Hay quien vive en sus actos. Hay quien vive en los actos de los otros. Y es una pena dedicar tu vida y tus esfuerzos a tratar de esquivar las excusas de los demás, a desmontar las mentiras, que cada día, arrojan sobre ti.

Y yo debo ser el infierno. Está bien. También puedo vivir con eso. O a pesar de eso.

2 comentarios:

Guarismo dijo...

¡Vaya! ¿Estás triste hoy por lo que los demás dicen o hacen de ti o es una metáfora? Aplícate el refrán: Ande yo caliente y ríase la gente. A veces es muy útil, créeme.

Anónimo dijo...

A veces para seguir adelante, tienes que cargar con una cruz que no te pertenece. Las personas somos así, nos resulta más fácil echar la culpa a los otros, a pesar de que no la tengan.

Si eres la mala del cuento para algunos, pues quien se pica, ajos come... Jejeje, andamos refraneros.

Un besito, y nada de ser infierno. ;)