Aún no sé si me sobrecogen más las imágenes del seísmo, o la laxitud moral y la ironía de la Iglesia.
Ahí está Benedicto, dando su pésame (mediante telegrama) a las familias y llevando huevos de Pascua a los niños. Seguro qué después de haber perdido su hogar, los huevos de chocolate es lo único que echan de menos. Qué bonito.
A lo mejor, puestos a ser caritativos, podrían abrir las fastuosas estancias del Vaticano para ofrecer refugio. A lo mejor, puestos a ser generosos con los necesitados, podían ahorrarse los bordados de oro y entregarlos al pueblo.
Hay cosas que no entenderé jamás. Al final todas las doctrinas se reducen a lo mismo:
Ahí está Benedicto, dando su pésame (mediante telegrama) a las familias y llevando huevos de Pascua a los niños. Seguro qué después de haber perdido su hogar, los huevos de chocolate es lo único que echan de menos. Qué bonito.
A lo mejor, puestos a ser caritativos, podrían abrir las fastuosas estancias del Vaticano para ofrecer refugio. A lo mejor, puestos a ser generosos con los necesitados, podían ahorrarse los bordados de oro y entregarlos al pueblo.
Hay cosas que no entenderé jamás. Al final todas las doctrinas se reducen a lo mismo:
"Haced lo que digo; y no lo que hago"
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