Mientras se me caía la baba viendo todas las noticias sobre el Lunes de Pascua y la tradición de regalar Monas, me he dado cuenta de lo afortunada que soy.
Como no he nacido en Cataluña, nunca han tenido que regalarme huevos de chocolate. Y es una suerte, porque si hubiera dependido de la generosidad y la constancia de mis padrinos o de una gran parte de mi familia; ahora el Lunes de Pascua sería una marca más en mi lista de "Traumas de la Infancia".
Pero no es así. Ahora sólo tengo ganas de saquear la nevera en busca de algo dulce.
(Y superar este rencor por la estupidez de los adultos, que cada día me tiene más estupefacta).
Como no he nacido en Cataluña, nunca han tenido que regalarme huevos de chocolate. Y es una suerte, porque si hubiera dependido de la generosidad y la constancia de mis padrinos o de una gran parte de mi familia; ahora el Lunes de Pascua sería una marca más en mi lista de "Traumas de la Infancia".
Pero no es así. Ahora sólo tengo ganas de saquear la nevera en busca de algo dulce.
(Y superar este rencor por la estupidez de los adultos, que cada día me tiene más estupefacta).
2 comentarios:
Jjajaja... creo que me pasa lo mismo, menos mal que por estos lares tampoco es tradición el tema de la mona y el huevo, porque me hubiera dado lo mismo que sí lo fuera...
Saluditos, Bicho
Uff, es un consuelo saber que no soy la única, Belinda!
Un besote!
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