Finalmente, aprendes. Tarde, pero aprendes. Y con cara de idiota, cierto. Pero merece la pena.
Aprendes que la mano tendida pertenece a quien menos te lo esperas. Que aquellos que parecieron olvidarte hace años, pueden arrojarte un salvavidas en el último momento. Y que las traiciones siempre vienen de quien más daño puede hacernos.
Aprendes que en el fondo, son muy pocas las cosas que merecen la pena.
Aprendes que la mano tendida pertenece a quien menos te lo esperas. Que aquellos que parecieron olvidarte hace años, pueden arrojarte un salvavidas en el último momento. Y que las traiciones siempre vienen de quien más daño puede hacernos.
Aprendes que en el fondo, son muy pocas las cosas que merecen la pena.
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