Debes saber que la decepción es recíproca. No soy yo el único que erra y desilusiona. También tú y todo lo que prometías, ha supuesto un fraude en mi vida.
Y eres libre para quejarte, sin dar opción al consuelo, todo el tiempo que quieras. Puedes prolongar esa constante de tu existencia hasta el límite. Pero por una vez, no voy a cargar con toda la culpa. Porque es cierto; la distancia o la incomunicación puede haberse enraizado entre los dos; pero el desinterés era absolutamente tuyo.
Si quieres ser honesta con nuestra amistad, prueba a hacer memoria, sobre cuántas veces en los últimos años he recurrido a ti en las dificultades, cuántas veces has acudido a auxiliarme, cuántas confidencias te he hecho. Cuántas cosas, a fin de cuentas, conoces de mi.
Son pocas. Ajusto que apenas una tercera parte de las que yo he tenido que tragar por ti.
Así que voy a aceptar tu última oferta. Desechemos los esfuerzos. En el futuro tratémonos con indiferencia. Pero a cambio, como parte del trato, párate a pensar: ¿quién estará perdiendo más de los dos?
Y eres libre para quejarte, sin dar opción al consuelo, todo el tiempo que quieras. Puedes prolongar esa constante de tu existencia hasta el límite. Pero por una vez, no voy a cargar con toda la culpa. Porque es cierto; la distancia o la incomunicación puede haberse enraizado entre los dos; pero el desinterés era absolutamente tuyo.
Si quieres ser honesta con nuestra amistad, prueba a hacer memoria, sobre cuántas veces en los últimos años he recurrido a ti en las dificultades, cuántas veces has acudido a auxiliarme, cuántas confidencias te he hecho. Cuántas cosas, a fin de cuentas, conoces de mi.
Son pocas. Ajusto que apenas una tercera parte de las que yo he tenido que tragar por ti.
Así que voy a aceptar tu última oferta. Desechemos los esfuerzos. En el futuro tratémonos con indiferencia. Pero a cambio, como parte del trato, párate a pensar: ¿quién estará perdiendo más de los dos?
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