domingo, 28 de junio de 2009

La típica tonta

Era la típica tonta que llamaba sin motivos y mandaba postales desde cualquier sitio. La tonta que nunca se olvidaba de un cumpleaños, una fecha, un mensaje. La que buscaba siempre una palabra para levantar el ánimo. Era la típica tonta, leal y desprendida; que decía tequiero, losiento, teheechadodemenos, gracias. La típica tonta que no esperaba nada a cambio. La que nunca huía de los problemas y se empeñaba en ayudar; en estar ahí cuando la necesitaban. La que acudía corriendo al fin del mundo. El móvil operativo; el corazón a la escucha. Siempre. La tonta de turno a la que todos se acercaban con su saca de problemas. La típica tonta, a la que el chico guapo, cambia por otra, más tonta aún. La tonta a la que siempre se le puede pedir un poco más y dar un poco menos.

Yo. La típica tonta, que pone cara de tonta y actúa como una tonta, porque sabe que la están tratando como a una tonta.

La típica tonta que un día, sin previo aviso, cierra su puerta. Y no la vuelve a abrir.


(Y los deja a todos con un palmo de narices)

4 comentarios:

Evita dijo...

hola nenita, no se que te ha pasado, no se que te han hecho, pero si es necesario cogemos al gaitero, y al del martillo y nos lo llevamos allá donde este la persona que no merezca tenerte como amiga...

Un beso y no seas tonta, tu vales mucho y tienen que saber lo que se pierden por no quererte como te mereces.

pequeños sentidos dijo...

este post me provoca tanta tonta ternura... a mí suele pasarme en el amor, y me quedo ahí esperando, sin darme cuenta que la otra persona ya miró para otro lado...
y lo mismo que Evita, ¡lo que se pierden!

Jondalar dijo...

La misma palabra, la misma frase.
La dicen tres personas distintas.
Un extraño, un conocido, un amigo.
En los dos primeros casos no te afecta.
En el tercero, se descalabra tu mundo.
Te preguntas ¿que habrás hecho mal?.
No entiendes.
Y te retiras y rumias.
No puedes hablar, no sabes que decir.
Y si algo has aprendido, es que a veces es mejor estar callado un tiempo.
Dejar reposar.
Para luego, retornar.

Bicho dijo...

No han hecho nada extraordinario Evita, es más o menos la misma historia de siempre. Eso es lo que realmente me molesta, que confío más de lo que debería.

Muchas gracias por pasarte por aquí "pequeños sentidos"; y por tu comprensión! (Y por compartir esta tonta forma de actuar!).

Jondi, creo que no es lo mismo retirarse a recapacitar que salir huyendo de una situación. Dejar correr el tiempo y escurrir el bulto, no siempre es lo mejor. A veces el paso del tiempo, además de enfriar una situación tensa, puede enfriar la relación.

Besos para tod@s!