Era como un himno, ¿lo recuerdas?
Pero sé que no, que no recuerda nada. Que todo ha pasado y ha quedado atrás. Sin motivos, ni explicaciones. Y así, también debe suceder con la memoria. Con todos los recuerdos; los que eran buenos y evitaron tantas veces su salvación. Tiene que desterrarlos y apartarlos a empellones de su vida. De su vida de ahora, esa que no me incluye, la que no entiende de lealtades. Esa que ha pasado por alto la lista infinita de complicidades.
Y quiero que desaparezca. No sólo de mi existencia y mis recuerdos. Quiero también desaparecer yo. Cuando te mandan a un exilio sin razones, no se puede salir de él siendo la misma persona. Es imposible esperar el regreso, como si nada hubiera pasado.
He sido generosa por desidia. Y por fin, mi corazón, o mi cabeza, se dan por vencidos. La sensación de ser genuinamente yo, sin dudas ni esperas, vuelve a llenarlo todo. Yo, a secas. Sin las prolongaciones que salieron ranas. Descuidadas, olvidadizas y torpes. No necesito nada que no haya poseído ya. Nada.
Como sacarse una esquirla del ojo. Dolorosa y cubierta de lágrimas al principio. Con la mirada clara después.
Y ahora tengo la emoción en calma, preparada para el próximo naufragio.
Pero sé que no, que no recuerda nada. Que todo ha pasado y ha quedado atrás. Sin motivos, ni explicaciones. Y así, también debe suceder con la memoria. Con todos los recuerdos; los que eran buenos y evitaron tantas veces su salvación. Tiene que desterrarlos y apartarlos a empellones de su vida. De su vida de ahora, esa que no me incluye, la que no entiende de lealtades. Esa que ha pasado por alto la lista infinita de complicidades.
Y quiero que desaparezca. No sólo de mi existencia y mis recuerdos. Quiero también desaparecer yo. Cuando te mandan a un exilio sin razones, no se puede salir de él siendo la misma persona. Es imposible esperar el regreso, como si nada hubiera pasado.
He sido generosa por desidia. Y por fin, mi corazón, o mi cabeza, se dan por vencidos. La sensación de ser genuinamente yo, sin dudas ni esperas, vuelve a llenarlo todo. Yo, a secas. Sin las prolongaciones que salieron ranas. Descuidadas, olvidadizas y torpes. No necesito nada que no haya poseído ya. Nada.
Como sacarse una esquirla del ojo. Dolorosa y cubierta de lágrimas al principio. Con la mirada clara después.
Y ahora tengo la emoción en calma, preparada para el próximo naufragio.
® Bicho
...Que tengas un buen día,
que la suerte te busque
en tu casa pequeña y ordenada,
que la vida te trate dignamente...(L.G.Montero)
IMAGEN: Nicoletta Tomas
4 comentarios:
Uff, si no fuera por que no te acuerdas de mi, me daria por aludido xD
Uummmm... pues ten cuidado porque ya se me va refrescando la memoria...
Puedes ser el próximo, MuaaAjaajAaA!
Entre lo que escribes tu, Benedetti y García Montero... Ay Bicho, que me tocas la patatita!!
No te quedes con el resquemor, que luego no sirve de nada, es como un trasto inútil, que sólo te molesta en casa.
Me has dejado de piedra Lyra ¬¬
¡¡¡LA PATATITA!!! No aspiraba a tanto, jejeje!
Y no te preocupes que yo me deshago rápido de los trastos inútiles ;)
Un besazo guapa.
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