martes, 11 de noviembre de 2008

Recaídas

Cuando me esfuerzo demasiado, mi trapecio se resiente. Me empeño en hacer mil cosas. Si algo llega a mi, digo: está bien, aún puedo con esto. Entonces, mi espalda empieza a quejarse. El dolor pasa de un lado a otro. La anatomía humana es como un gran circo, donde los trapecistas se balancean sin cesar con sus piruetas punzantes.

Los médicos dicen: "reposa, haz ejercicio, toma estas pastillas, haz estiramientos, toma aquellas pastillas, reposa, reposa, reposa!"

Tan simples, tan obcecados. No se dan cuenta de que estos dolores son normales... cuando te están creciendo las alas.

2 comentarios:

Evita dijo...

Eres mi angel, eres el angel de mucha gente, eres mi amiga, ers mi unica amiga, me duele todo lo que duela, siento todo lo que sientes, y aun asi, despues de tanto que sufres, sigues haciendo que cada comentario me hagas mas participe y me acerque mas a ti.

Un beso muy fuerte, cuando te crezcan las alas, avisame, para levantar por fin la mirada y ver algo realmente bonito en el cielo.

Anónimo dijo...

Oh, que bonito... No me esperaba ese desenlace. *_*