"Para disimular que ya no los recuerda, evita citar nombres propios. Para disimular que no reconoce las caras, trata a todos los hombres como si fueran sus íntimos amigos. Observa constantemente a los demás imitando con un segundo de atraso sus gestos y sus acciones. Su mundo es frágil, extranjero, desolado, pero tiene, sin embargo, algunas compensaciones. Nadie más puede tomar cada noche a una mujer distinta con la que está casado (dice ella) desde hace veinte años."
(Ana María Shua)
3 comentarios:
Me encanta Ana María Shua.
Curiosa situación... supongo que todos sufrimos de vez en cuando esa sensación, frustrante, en la que no sabemos cómo actuar, qué es lo que se espera de nosotros. Otras veces, se encuentra más consuelo en el abrazo de un robot... { Vaya embolao en el que me he metido ^^ }
Besos!
Si soy sincera, Arcángel, no he leído mucho de Ana María Shua, pero me parecen muy ingeniosos sus cuentos.
Señor Calamar, salga del embolao y venga a darme un abrazo de robot, porque no he entendido nada de lo que ha dicho, jejeje!
Saludos a los dos!
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