sábado, 23 de mayo de 2009

Bochorno Vs. Tormenta


El calor es una maldición para los bichos vaporosos como yo; esos que pasamos medio inverno en mangas cortas y todo el verano derretidos en cualquier esquina pidiendo clemencia o una muerte rápida.

Cuando el termómetro supera los 25º yo sólo quiero morirme. Me agazapo donde puedo e intento no transpirar más de lo estrictamente necesario. O me voy consumiendo lentamente cual pastillita efervescenteestival.

Así que llevaba dos días suplicando un poco de compasión y mirando obsesivamente las previsiones del Meteosat.

Hoy sólo he sido capaz de articular un par de frases:
- Échame hielo, por favor. (No, en el vaso nop. ¡¡A mi!!)
- Islandia, Islandia... llévenme a IsSssSlandia!
- Ventilador. V-E-N-T-I-L-A-D-O-R.
(Dicho todo esto desde mi lecho de muerte). Luego he seguido luchando para mimetizarme con la ola de calor.

Y por fin ha llegado la tormenta, el viento demencial y la bajada de temperaturas. Y mientras todo el mundo protestaba (porque el mal tiempo siempre llega durante el fin de semana); yo he roto a reír, envuelta en una plácida felicidad. O absolutamente loca.

Puede seguir diluviando hasta el final de los tiempos.

1 comentario:

Sr. Calamar dijo...

Arrr Marinero, ¿y lo bien que se está ahora? Esto es vida ^^

La gran pregunta que me hago es hasta cuándo espera la gente para buscar refugio cuando se avecina una tormenta eléctrica. Más de uno parecía que no se movería del banco hasta el preciso instante en el que lograse atraer alguno de los centenares de rayos que pululaban por el cielo. Con lo que no pueden es con la lluvia... quita, quita, salgamos corriendo.

Besos frescos!