sábado, 28 de marzo de 2009

Una confesión



No vale la pena que le pregunte a mi prima, ella siempre me lleva la contra. Si le digo que fui yo por algo será. ¿Acaso me conviene ir a la cárcel? Será nomás porque necesito castigo aquí, en este mundo, para que no me castiguen después del otro lado. Pero a mi prima, ya se lo dije, no le pregunte, porque no le va a decir nada, con esa carita de idiota, con esa manía de no contestar cuando le hablan que siempre me ponía loca, ya va a ver cuando se quede así, sin moverse, tan callada, tan fría, si no le dan ganas de matarla a usted también.

(Ana María Shua)



Hay días en los que logran irritarme tanto, que sería capaz de descorazonar a todas las muñequitas tontas.

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