lunes, 11 de julio de 2011

Dolorosa


Aunque no lo creas entiendo tu dolor y tu frustración. Pero yo no puedo ser así; tengo que intentarlo todo a mi manera. Sé que la vida a veces nos pasa por encima haciéndonos puré. Sé que es jodido. Que la soledad siempre llega en el momento más inoportuno y nunca se marcha cuando uno la invita a salir. Que los amigos traicionan o decepcionan y dejan marcas que hieren y palpitan a pesar de los años. Que el amor nunca es como nos lo contaron o mucho peor, no es como lo imaginamos.

Sé que te revuelves contra todo y contra todos, también contra ti. Y definitivamente la vida no es como en las novelas, las dos lo sabemos. Voy a cometer muchos errores y serán exclusivamente míos, tampoco puedes robarme ese privilegio; no voy a escarmentar a través de tu tristeza, a pesar de estar viéndola con mis propios ojos.

No te culpes, yo sé que no puedes controlarlo todo y sé que nunca podremos ver las cosas de la misma manera.

No voy a resignarme y aunque digas que es cuestión de edad o de experiencia, yo digo no. Tomarse demasiado en serio es cuestión de actitud y yo no voy a ser la protagonista de ninguna historia, ni ahora ni dentro de diez años. Yo sólo quiero ser pequeña y disimulada. Una sombra discreta, pero plácida.

Así que déjame que te diga que te entiendo y a pesar de todo yo no puedo ser así. No quiero que te ofendas, ni que te sientas más herida o desoída. No quiero que lo comprendas, pero tampoco lo malinterpretes. Nunca se me dieron bien las palabras, sabes que mi especialidad era el silencio.

La vida, qué perra. Y a pesar de ello aún tengo que concederle la oportunidad de que me demuestre que puede ser otra cosa.

No por favor, no son reproches. Esta es una declaración de intenciones, simple, inocente. Seguramente equivocada. Esto no es lo que quieres escuchar, lo entiendo; puede sonar raro o amenazante y sin embargo me estoy reconciliando.

Así que déjame que te diga, y no es por falta de amor o de respeto, que yo no quiero ser así, eternamente sufriente como una virgen, con el corazón herido y la lágrima puesta.

Nadie quiere escucharte y sin embargo, te piden consuelo. Nadie quiere tu dolor y sin embargo, le encienden velas.

No hay comentarios: