viernes, 16 de julio de 2010

El dios de las pequeñas cosas (II)

- Ammu -dijo Chacko en tono tranquilo y deliberadamente despreocupado-, ¿no podrías hacer un pequeño esfuerzo para no verlo todo con tu cinismo de fracasada?

El silencio llenó el coche como si empapara una esponja. Fracasada cortó el aire como un cuchillo. El sol brilló con un suspiro estremecido. Ése era el problema con los parientes. Al igual que los médicos aviesos, sabían dónde hacer más daño al tocar.

(Arundhati Roy)

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