miércoles, 11 de enero de 2012

Miss prisas


Mi jefa dice que siempre he andado con prisas. Cuando empecé el colegio, siendo un bichillo de apenas cuatro años, me senté en el pupitre muy seria el primer día y miré asombrada a mis compañeros de aula que lloraban y pataleaban mientras sus madres se alejaban. Por lo visto a todos nos habían encerrado allí contra nuestra voluntad. Y no sé porqué, pero de alguna manera instintiva yo ya comprendía que a veces el mundo es así y uno tiene que tragar con cosas que no le apetece nada hacer; y en esos casos, llorar y quejarse y maldecir no sirven de nada. Así que al volver a casa ese día le dije a mi madre, con la solemnidad que sólo tienen los niños:

- A mi el cole no me gusta, así que dame mis libros que yo mañana me siento allí, me los estudio... y en cuanto termine me vuelvo a casa, ¿no?

Supongo que mi madre debió reprimir alguna carcajada, pero yo sabía lo que me decía.

A veces tenemos que hacer cosas que no nos divierten para llegar a nuestra meta. A veces, nos quedamos estancados en mitad de un renglón o absorbemos demasiado rápido aquello que hemos venido a aprender. Por eso hoy, trato de convencerme de que estoy en el buen camino, que sólo tengo que sentarme y aprenderme todos mis libros y pronto llegará el momento de darle carpetazo a esta etapa que ya se demora demasiado. Por eso hoy, le pido tregua a la nostalgia, me sacudo la pereza y vuelvo a la carga como el primer día.



*/ Siempre corriendo, derrochando energía, aunque me asalten las dudas.

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