sábado, 14 de agosto de 2010

Confesión (XVI)

Hay momentos en los que la única respuesta convincente consiste en masticar el asombro, poner cara de tonta y agachar el cogote. Porque cuando menos te lo esperas, la vida te trae por correo urgente una soberana bofetada certificada.

1 comentario:

neko dijo...

Tranquila, que todavía hay muchas cartas de camino :)