miércoles, 19 de mayo de 2010

Un lobo

Dentro de este poema pasa un lobo
que deja sus pisadas en la nieve.

Sigiloso y hambriento,
recorre una ciudad
que miró confiada hacia el futuro.

Hoy han bajado todas las persianas.

Es tarde,
trato de no hacer ruido
y que avancen los versos como pasan los días
para que el lobo escoja
un camino que lleve a otro lugar,
una presa más débil.

Pero en este poema espera un lobo
que ha venido a buscarme.
Aunque intente estar quieto y no hacer ruido
salta por las palabras un recuerdo
que me arranca un aullido y me devora.

(Fernando Valverde, Los ojos del pelícano)


*/ Todos sabemos que me muero por poemas como este... y que me estoy dejando matar por la afilada sombra de tu recuerdo. Y tengo miedo, porque antes de que vuelvan a herirme tus aullidos, es posible que yo me convierta también en lobo.

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