lunes, 10 de mayo de 2010

En la oscuridad

Me espías tras las sombras. Te has puesto tu capa oscura y crees que sólo por eso nadie podrá cazarte. Pero yo puedo ver por dónde te mueves. No necesito escudriñar en lo profundo, simplemente sé que estás ahí. Sé que me espías. Y te veo.

Andas de puntillas persiguiéndome de un sitio a otro, apostándote en los callejones y apuntalando mis palabras. Has señalado en un calendario mis días libres. Apuesto a que ya sabes todas mis rutinas y conoces el camino a todas las puertas que normalmente toco.

Pero vas a pagar el precio de no ser invisible. Aunque pongas todo tu empeño en permanecer agazapado, te estoy viendo. Nadie puede ocultar el deseo. En la oscuridad, tus intenciones brillan como una luciérnaga.

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