martes, 27 de septiembre de 2011

Sin freno


Se dedicó a correr. Con determinación pero sin destino cierto.

Así que corrió y corrió de un sitio a otro como solución a todos sus problemas. Dejó de pensar, dejó de creer, dejó de interesarse por el camino.

Corrió y corrió. Hasta que un día dijo no puedo más. Respiró y empezó a olvidar.

3 comentarios:

Evita dijo...

me gustan tus letras ultimamente, pero las noto grises.

Mai Blanes dijo...

Yo también quisiera salir corriendo a veces, pero no puedo (asco de rodilla). A veces sueño con ello y es maravilloso. Un beso

Bicho dijo...

¿Grises? Serán por las fotos, Evita!!!^^ Todo bien, como siempre; es solo que de vez en cuando me da por ponerme reflexiva ;)

En el fondo lo de salir corriendo es sólo un alivio pasajero Lili. Tu rodilla rebelde te obligará a enfrentarte a las cosas; se supone que esa es además la opción más sabia...y la más dura! Total que hagamos lo que hagamos, a fin de cuentas, estamos jodidas, jejeje!^^

Un besazo a las dos! Gracias por pasar por aquí!!!