martes, 20 de septiembre de 2011

Ligera de equipaje


Si había logrado superar algo era esa estúpida y humana fase del apego. Ella iba feliz de un sitio a otro, sin muchos contactos, con apenas dos o tres nombres a los que extrañar. Cargaba con un teléfono móvil al que nunca hacía caso y no recordaba la importancia de actualizar las redes sociales. Subía el volumen de los cascos y se paseaba por el mundo como una mera observadora; muda y ausente, como si no existiera nadie esperándola; como si nadie prestase atención a sus acciones.

Por eso este recién estrenado tiempo de despedidas se le hizo agrio y confuso. Pertenecer a algún lugar, adquirir compromisos, mantener relaciones.

...Voy a echarte de menos, es como si ya fueras algo mío...

Sintió miedo al pensar que tenía sitios a los que regresar. Ahora tenía necesidad de otros. Formar parte de algo era agradable, reconfortante... pero también generaba una dosis de angustia a la que hasta ahora había sido inmune.

Colocó todo en una balanza y entendió que debía hacer lo imposible por dejar de huir de todo y todos y aprender a mantener el equilibrio.


2 comentarios:

evita dijo...

que letras mas bonitas.

Bicho dijo...

Gracias guapa! Ya te echaba yo de menos por aquí. Últimamente te prodigas bien poco ;)

Besotes!