Si había logrado superar algo era esa estúpida y humana fase del apego. Ella iba feliz de un sitio a otro, sin muchos contactos, con apenas dos o tres nombres a los que extrañar. Cargaba con un teléfono móvil al que nunca hacía caso y no recordaba la importancia de actualizar las redes sociales. Subía el volumen de los cascos y se paseaba por el mundo como una mera observadora; muda y ausente, como si no existiera nadie esperándola; como si nadie prestase atención a sus acciones.
Por eso este recién estrenado tiempo de despedidas se le hizo agrio y confuso. Pertenecer a algún lugar, adquirir compromisos, mantener relaciones.
Sintió miedo al pensar que tenía sitios a los que regresar. Ahora tenía necesidad de otros. Formar parte de algo era agradable, reconfortante... pero también generaba una dosis de angustia a la que hasta ahora había sido inmune.
Colocó todo en una balanza y entendió que debía hacer lo imposible por dejar de huir de todo y todos y aprender a mantener el equilibrio.
...Voy a echarte de menos, es como si ya fueras algo mío...
Sintió miedo al pensar que tenía sitios a los que regresar. Ahora tenía necesidad de otros. Formar parte de algo era agradable, reconfortante... pero también generaba una dosis de angustia a la que hasta ahora había sido inmune.
Colocó todo en una balanza y entendió que debía hacer lo imposible por dejar de huir de todo y todos y aprender a mantener el equilibrio.
2 comentarios:
que letras mas bonitas.
Gracias guapa! Ya te echaba yo de menos por aquí. Últimamente te prodigas bien poco ;)
Besotes!
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