Nos tragamos (literalmente, porque lo acompañamos de palomitas y todo) la primera temporada en dos días (el señor Calamar y yo tendemos a hacer las cosas a lo bestia, es algo que viene grabado en nuestros cromosomas).
El caso es que somos absolutamente conscientes de que nuestra percepción de la serie es completamente diferente a la del resto de mortales. Todo el mundo adora a Hiro Nakamura, Claire Bennet, Peter Petrelli o se pajea alegra la vista con Niki Sanders; pero no, a nosotros, por encima de todas las cosas nos gustan los personajes absurdos. Aquellos de los que no se entiende cómo pueden ser tan inútiles y no haber muerto en el primer capítulo. Y es que los guionistas son benévolos y optimistas a partes iguales en ciertos momentos y deciden cargarse la consabida Ley de Murphy.
¿Nadie se ha dado cuenta de lo absolutamente inútiles que son los poderes de Isaac Méndez? ¿Quién puede tragarse que exista un Superhéroe cuyos poderes de clarividencia sólo puedan ser expresados en forma de cómic y bajo los efectos de estupefacientes? Lo único que queda claro, es que es un verdadero artista, puesto que está "enganchado a la pintura" (sí, es un chiste fácil, pero aseguro que en mi cabeza sonaba gracioso).
Y por encima de todo adoramos al gran, GRAN, GRRRAAANNN Mohinder Suresh (alias Mojonin), HÉROE entre los héroes (así, con mayúsculas y negritas, es que Él es superlativo en todo). Si hay un villano supermalote con trece mil poderes ultrapeligrosos en
Como he sido muy, muuuuy trabajadora este año pese a estar lisiada, el Señor Calamar me ha prometido que veremos la segunda temporada en plan maratón. Ya nos hemos tragado algunos capítulos y la cosa promete. No adelanto acontecimientos para aquellos que vayan aún más rezagados que nosotros.
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