jueves, 20 de octubre de 2011

Confesión #44


Ella sólo era capaz de seguir intentándolo. Una y otra vez, incansable. Daba igual cuántas veces fallara, volvía de nuevo a darse una oportunidad.

Sabía de memoria la lección, "nunca te pares, que nada ni nadie te detenga". Así lo intentó una, dos, diez, mil veces... hasta entender que hay cosas que simplemente no funcionan y es lícito apartarlas de nuestro camino.

Para aquel entonces, comprendió también que abandonar y perder, no tienen porqué ser sinónimos.

1 comentario:

Evita dijo...

en estos dias todo esta girando tan rapido sin mi, que lo unico familiar que encuentro son tus palabras. Eres el punto donde tengo que mantener fija la mirada para no caer mientras todo gira.
Un beso.