sábado, 13 de diciembre de 2008

Manual para salvar el odio




(Contraversión de un poema maravilloso
de Felipe Benítez Reyes)



Cuando ella o él te dejen, no perdones,
niégate a comprenderlo.
Cultiva bien tu odio, nunca seas
generoso en palabras o en olvido.

Cuando ella o él te dejen, nunca digas
adiós, o qué vamos a hacerle.
Maldice cada letra de su nombre.
Y júrale odio eterno mirándole a los ojos.

Cuando ella o él te dejen, nunca creas
ni justificaciones ni promesas
y busca las palabras más hirientes
el insulto más infame que conozcas.

Cuando ella o él te dejen, nunca juegues
a ser Rick perdido en Casablanca.
Provoca llanto, dolor, remordimientos
y que el adiós te corte igual que una cuchilla.

Porque
cuando ella o él te dejan, habrá alguien
tarde o temprano esperando en otra esquina.
Y volverán a gozar en otros brazos
y dirán "te amo". Y "ven, dámelo todo".

Y olvidarán. ¿Para qué, entonces,
mentir? Que ella o él se lleven
-aunque dure bien poco- nuestro odio
igual que una bandera. Para siempre.


(Rodolfo Serrano)




Me deshice de mi Flog; y ahora me veo obligada a rehacer todo lo que me gustaba de él.
Me repito. Me reafirmo.

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