Por si alguien aún no se ha dado cuenta, llevo una semana suplicando que un alma caritativa se apiade de mi, le embargue la compasión y me rompa definitivamente el cuello, o me corte la cabeza y acabe así de una vez por todas con mi sufrimiento.
Mi expliación ilustrada sobre cómo ha podido producirse mi "pequeña lesión", empezó así:
El Señor Calamar enmendó mi escasa destreza y ha convertido el garabato en todo un diseño ^^
El que vale, vale. Así son las cosas.

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