Y cómo puede ser
—me digo, viendo pasar la vida
hacia la playa—, que, pese
a las devastaciones inclementes
que el tiempo
nos inflige,
no se amortigüe un ápice
siquiera, no nos dé tregua
un segundo,
este incesante
soñar con lo imposible.
(Karmelo C.Iribarren)
*/ Imagen vía theparanoir