Cuando tengas memoria que perder
promete ser piadosa y no me olvides,
no pongas en su sitio lo que nunca
estuvo en él. La vida, lo sabrás,
es simple y complicada al mismo tiempo.
Te querrán convencer de muchas cosas
y nadie entenderá que tú no entiendas,
pero nunca te fíes del que diga
tener una verdad incontestable.
Es seguro que es tonto o quiere algo.
Invéntate algún sueño muy lejano.
Sé más original que los poetas,
no lo llames el Sur. Pues aunque nunca
consigas deambular por sus caminos
su búsqueda te habrá pintado alas.
Cuando toque llorar hazlo con todo,
no dejes ni una lágrima pendiente.
Verás que tu sonrisa, cuando vuelva,
podrá ser el cobijo de los tuyos,
resguardo para aquél que tenga frío.
Rodéate de gente que te quiera
porque en ellos tendrás tu patria única,
un lugar de este mundo al que volver.
No existe mejor fuego en plena noche
que el abrazo sincero de un amigo.
No merece la pena perder el tiempo
con gentes obcecadas en el odio,
con revanchas tediosas contra el mundo.
Verás que todo acaba y nada queda,
por eso has de vivir intensamente.
Defiende tu alegría con las uñas
pintadas con un rojo apasionado,
acepta los chantajes del amor
y siente que es eterno mientras arde,
y luego ya podrás llorar con todo.
Y recuerda el inicio de estos versos:
promete ser piadosa y no me olvides.
Quizás, después de todo, tú me enseñes
a escribir la palabra compromiso.
A cambio yo te entrego cuatro tópicos.
(Javier Cánaves)
*/ El poema que te debía...
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