De repente se descubrió mirando la vida con desidia. Las caras lánguidas o malhumoradas del metro, la marea de gente corriendo hacia sus vidas, los amigos para los que apenas tenía ganas ni tiempo disponibles, los proyectos desbordados o agónicos antes de comenzar, los sueños bostezando en cada esquina...
Se sintió gaviota vieja. Miró a un lado y otro en mitad de su mañana gris buscando un cielo que conmoviera tanto asfalto. No logró encontrar el olor a sal, ni escuchó el rugir de las olas.
Y comprendió que llevaba demasiado tiempo pescando en el mar equivocado.
Se sintió gaviota vieja. Miró a un lado y otro en mitad de su mañana gris buscando un cielo que conmoviera tanto asfalto. No logró encontrar el olor a sal, ni escuchó el rugir de las olas.
Y comprendió que llevaba demasiado tiempo pescando en el mar equivocado.
1 comentario:
La Capital va a perder mucho.
Y el Casco Antiguo va a recuperar lo no perdido, pero si añorado.
Aunque Tú siempre llevas un
"Cielo Eternamente Azul del Mar"
por montera.
Ánimo.
Besos.
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