La quería tanto que en sus días sólo había sitio para ella. Por eso todas las noches arrancaba una hoja en blanco de la agenda y la dejaba en su buzón. No quieres entenderlo flaca, pero mis días son tuyos. En sus cartas de amor no había ni una sola palabra escrita, pero invertía en ellas su vida entera.
1 comentario:
¿Cómo has podido decir tantísimo con tan poco? Es precioso.
Un beso, guapa!
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