No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas.
Hay quién tiene esa cualidad, puede llorar mentiras de manera incansable. El problema es que cuando se abusa de las lágrimas... dejan de surtir efecto. Todo iría bien, si no fuera, porque en algún momento, alguien descubre dónde está el truco.
Hay quién tiene esa cualidad, puede llorar mentiras de manera incansable. El problema es que cuando se abusa de las lágrimas... dejan de surtir efecto. Todo iría bien, si no fuera, porque en algún momento, alguien descubre dónde está el truco.
2 comentarios:
Ya sabes, el clásico que viene el lobo. Pues al final, acaba viniendo. ;)
Pues sí... y este lobo se ha zampado ya a un par de pastorcillos llorones, muaajaajaa! (risilla malévola)
Un besote!
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