"El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha desestimado la demanda de conflicto colectivo presentada por el sindicato CCOO contra la empresa José Manuel Pascual en relación al uso obligatorio entre enfermeras y auxiliares de la falda, el delantal y la cofia.
Según la sentencia, esta ropa de trabajo la lleva usando dicho colectivo desde hace al menos 15 años, sin que hasta el conflicto planteado por trabajadoras de la clínica San Rafael de Cádiz se haya planteado queja o denuncia alguna en los siete centros hospitalarios con los que cuenta la empresa en Andalucía.
También afirma que el uniforme obligatorio no supone discriminación por razón de sexo ni un problema en materia de salud laboral.
El sindicato Comisiones Obreras ha anunciado que recurrirá la sentencia en la que falla a favor de la dirección de las Clínicas Pascual."
Y así son las cosas en Cádiz. Aunque me duela. Mientras en el resto del país la psicosis por la crisis se extiende sin límites, en el sur, aún estamos decidiendo qué hacer con las falditas de la discordia. Y no importa que las cifras del paro sean alarmantes. Y no importa que las empresas de la bahía tengan la soga al cuello. Y no importa que el turismo no vaya a darnos de comer, ni a salvarnos el culo en una buena temporada. Y no importa que el comercio ande entre las espada y la pared. Y no importa si la industria del automóvil ya no puede mantener a su plantilla. Porque este es un asunto gordo de verdad. De los que salen en primera página en la prensa y hacen que la Ministra Aído y su lustroso Ministerio de Igualdad se lleven las manos a la cabeza. Este es un tema serio. Grave, grave de verdad.
Y así nos va. Quizás deberían darse una vueltita por las colas del Inem y comprobar cuántos de nosotros/as, estaríamos dispuestos a trabaja; aunque fuera con la dichosa faldita.
Según la sentencia, esta ropa de trabajo la lleva usando dicho colectivo desde hace al menos 15 años, sin que hasta el conflicto planteado por trabajadoras de la clínica San Rafael de Cádiz se haya planteado queja o denuncia alguna en los siete centros hospitalarios con los que cuenta la empresa en Andalucía.
También afirma que el uniforme obligatorio no supone discriminación por razón de sexo ni un problema en materia de salud laboral.
El sindicato Comisiones Obreras ha anunciado que recurrirá la sentencia en la que falla a favor de la dirección de las Clínicas Pascual."
Y así son las cosas en Cádiz. Aunque me duela. Mientras en el resto del país la psicosis por la crisis se extiende sin límites, en el sur, aún estamos decidiendo qué hacer con las falditas de la discordia. Y no importa que las cifras del paro sean alarmantes. Y no importa que las empresas de la bahía tengan la soga al cuello. Y no importa que el turismo no vaya a darnos de comer, ni a salvarnos el culo en una buena temporada. Y no importa que el comercio ande entre las espada y la pared. Y no importa si la industria del automóvil ya no puede mantener a su plantilla. Porque este es un asunto gordo de verdad. De los que salen en primera página en la prensa y hacen que la Ministra Aído y su lustroso Ministerio de Igualdad se lleven las manos a la cabeza. Este es un tema serio. Grave, grave de verdad.
Y así nos va. Quizás deberían darse una vueltita por las colas del Inem y comprobar cuántos de nosotros/as, estaríamos dispuestos a trabaja; aunque fuera con la dichosa faldita.
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