lunes, 29 de diciembre de 2008

Contemplando el jardín ajeno



"Da al tonto mil inteligencias y sólo querrá la suya", dice un proverbio árabe. Comenzamos a plantar el jardín de nuestra vida y, cuando miramos al lado, reparamos en que el vecino está ahí, espiando. Él es incapaz de hacer nada, pero le gusta ofrecer ocurrencias disparatadas sobre cómo sembramos nuestras acciones, plantamos nuestros pensamientos, regamos nuestras conquistas.
Si prestamos atención a lo que él dice, acabamos trabajando paraél y el jardín de nuestra vida será idea del vecino. Acabaremos olvidando la tierra cultivada con tanto sudor, fertilizada por tantas bendiciones. Olvidaremos que cada centímetro de tierra tiene sus misterios y sólo la paciente mano del jardinero puede descifrarlos. No vamos a prestar atención al sol, a la lluvia y a las estaciones... para centrarnos sólo en esa cabeza que nos espía por encima de la cerca.
El tonto al que encanta ofrecernos opiniones disparatadas sobre nuestro propio jardín nunca cuida sus plantas.

(Como el río que fluye, Paulo Coelho)


Será que perdí demasiadas horas cultivando y otros se llevaron mis frutos; o será que nunca fui amiga de los jardines ajenos. Pero me gusta regar las plantas a mi manera. Si una cosecha se pierde, será sólo consecuencia de un fallo mío. Pero el trabajo bien hecho, también sale del sudor de mi frente.

Prefiero hacerme cargo de un fracaso motivado por mi propia insensatez, que escudar mis errores en la estupidez ajena.

3 comentarios:

Jondalar dijo...

Espero verte a Ti y al Señor Calamar, en estos días.

Una dirección para ver un video muy bueno.
http://www.vimeo.com/2539741

A veces, algunos contemplamos el Jardín Ajeno.
Solo observar. Sin opinar.
Una vez visualizado, podemos volver al Propio, recapacitar sobre lo captado y "quizás", cambiar algo en el nuestro.

Compartir la experiencia propia, no es una experiencia compartida.
Y ya sabemos que nadie escarmienta en cabeza ajena.

Pero a veces, pocas, un consejo a tiempo, nos evita caminar por una senda pedregosa y andar sin llegar a tropezar.

Saludos.

Besos.

Guarismo dijo...

Estoy de acuerdo. Los valores de la verdad, de la sinceridad y de la humildad, si se tercia, hay que conservarlos. Escudar errores propios en la estupidez ajena (que mucha hay, lamentablemente) no es de gente honrada.

Bien, niña. ¡Que tengas un gran 2009! De verdad. (Y que no te duela más el cuello...)

Miguel

Bicho dijo...

Jondalar, tu canción se merecía un hueco en la cabecera principal, jejeje! Muchas gracias, me ha gustado mucho el video (aunque lo haya visto mil años tarde).


Guarismo, el cuello está recuperado... ahora espero que se porte bien con el estrés de los exámenes!

Besos los dos!