Su corazón de búho parpadea en mitad de la noche.
Sus ojos se abren de par en par y sabe que contra eso no hay ningún remedio. Ni el trabajo, ni el cansancio, ni el mejor somnífero del mundo.
Sigue anclada a la oscuridad, conforme con su naturaleza, perpetuamente atada a las estrellas.
Sus ojos se abren de par en par y sabe que contra eso no hay ningún remedio. Ni el trabajo, ni el cansancio, ni el mejor somnífero del mundo.
Sigue anclada a la oscuridad, conforme con su naturaleza, perpetuamente atada a las estrellas.
*/ Imagen: Sylvia Ji
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