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Hoy es uno de esos días. Son días raros en los que acaba sintiéndose triste y alterada. Días desconsiderados e insolentes que no debían aparecer en los calendarios. Esos días en los que las malas ideas se le prenden a la cabeza como un imperdible bien punzante. Y ahí, ella acaba por no distinguir la causa de su efecto. Estar triste porque es uno de esos días... o que sea uno de esos días, precisamente porque se está triste.
Así que, a pesar de mi fingida torpeza, sé que hoy es uno de sus días y me miro en el espejo con dureza, respiro y me repito que yo puedo vivir con estos días sin serle infiel a la memoria; a pesar de que ella no lo entienda.
Así que, a pesar de mi fingida torpeza, sé que hoy es uno de sus días y me miro en el espejo con dureza, respiro y me repito que yo puedo vivir con estos días sin serle infiel a la memoria; a pesar de que ella no lo entienda.
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