Confieso que estoy cansada de tratar de ser algo para alguien. La realidad es que la gente entra y sale de mi vida y no se preocupa de las huellas o las heridas que dejaron.
Confieso que estoy cansada de estar aquí, en mitad de un bullicio que me empuja hacia ninguna parte. La realidad es que hace tiempo que extravié la salida y ahora me dejo llevar por un camino sin muchas certezas.
Confieso que estoy cansada de ser la roca, de permanecer siempre fuerte para quien me busca. La realidad es que yo también me siento ahogada a ratos y no suelo encontrar anclajes que me sujeten.
Confieso que estoy casada de esperar, de esforzarme, de ser tratada injustamente. Y la realidad es que no confío en que nada cambie; nada, excepto yo.
*/ Imagen: Miguelanxo Prado (De profundis)
1 comentario:
Confesiones inconfesables, que nacen y mueren en el espacio resultante entre el mi y el yo. Gracias por confesar que no somos tan bichos.
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