Tu ausencia es la amenaza constante que nos mantiene atentos y heridos. Como una alarma que nos recuerda la fugacidad del tiempo, la fragilidad de la vida.
Tu ausencia está siempre ahí, rodeando mis momentos alegres; agazapada en la sombra como una bestia al acecho. Tu ausencia que se hace grande y fuerte en días como hoy y araña con sus silenciosas garras todas las sonrisas. Perturbadora y hostil; invisible pero presente, cubriéndolo todo con su falso manto de normalidad.
Yo la veo en todas partes: en las salas de cine abarrotadas, en el sudor de los chicos del parque, en la gente que avanza sin mirarme. Tu ausencia que palpita en cada esquina de mi pensamiento.
Porque tu ausencia no descansa nunca; no se rinde. Y me empuja a seguir huyendo, días tras días, de la felicidad que compartimos y todos sus recuerdos.
*/ Imagen: Kei Acedera
6 comentarios:
Me siento muy identificada con lo que has escrito, sobre todo, porque llevo unos malos días... y bueno, lo malo sale a relucir... o lo triste...
Un besazo!
Ánimo Mae! Aprendemos a vivir con las cosas tristes, pero es inevitable que a veces salgan a relucir y enturbien nuestros pasos... Hay que confiar siempre en que seguiremos caminando!
Un besote guapa!
¡Qué profundos los sentimientos que compartes en todos tus posts!
Y digo compartes porque, como jamás se me ha ocurrido intentar escribir, no concibo que ese dolor pueda ser producto de lo que algunos llaman inspiración, perfecta desconocida para mí.
Aunque ojalá que no se parezcan a nada de lo que puedas estar viviendo.
Por mi parte, mis ánimos no han mejorado mucho desde mi último comentario y, aunque te he seguido leyendo, me resulta difícil poner palabras a lo que me haces sentir.
Pero hoy y, a pesar de que de entrada me pareció todo lo contrario, siento que lo has clavado.
¿Ausencia o presencia? Es indiferente.
Dolorosa es la ausencia cuando deseamos que alguien no se hubiese alejado de nuestra vida y más dolorosa, si cabe, la invisible presencia de quien, habiéndose marchado, lo deja todo cubierto de falsa normalidad. Ausencia que nos hace anhelar presencia e invisible presencia que nos hace desear que alguien no se hubiese cruzado jamás en nuestro camino.
Antónimos que nos hacen sentir la misma angustia y que nos impiden disfrutar de la alegría que nos rodea.
Pero, como tú bien dices, somos valientes y aquí estamos, para poder con lo que nos echen. Animo.
Besos y muchas gracias por seguir ahí,
Andrea
Donde quiera que ÉL esté...
Sigue Contigo.
Andrea, dices que la inspiración es una desconocida para ti... pero al leer tus comentarios creo que bien podrías escribir posts mucho mejores que éste! ;)
Gracias por seguir pasándote por aquí y animarte a comentar!
Un besote!
Muchas gracias.
Creo que sólo cuando en realidad lo siento puedo expresarme así.
Un beso y mucho ánimo! Parece que no hablas de una ruptura sino de una pérdida.
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